viernes, 29 de abril de 2005

Sitio

No puedo abrazarme a tu oscuro manto
como lo hacian mis despojos.
No puedo cantar alabanzas a tu perfume contaminado
porque soy indigna.

Quisiera cantarte un rudo tango,
pero esta garganta no esta a esa altura.

No puedo describirte,
hielas mis palabras,
mis ausentes inpiraciones.

Te miro en esos rostros
velados de predicciones,
de sueños, de sensaciones.

Hoy me doy asco.
Asco de recordarme,
de pensar.

No es bueno ser yo en esta clase de dias.
No es sano ser yo,
toda la vida.

Para eso está la muerte,
que se arrepiente
de no haber disfrutado sus pecados.

Para eso esta la vida,
que no perdona,
que te castiga.
Y te miente mostrándote
piezas del horizonte anhelado.

Buenos Aires ya no te recorro.
Eres la noche.
Eres ese viejo solitario arañando
las paredes del sueño,
farfullando a la madrugada
porque ha desaparecido la esperanza.

Eres esos amantes desauciados
que se corrompen nuevamente
en busca de ese sentimiento nuevo.
De otras pieles que agendar.
De ciertos desvelos.

Me asqueo y te quiero...
Eres mia porque sos distinta.
Porque no te importa lo que piensan.
Porque ya no se ven mis fantasmas
por tus calles, ni mis realidades ocultas.

Porque ya no soy yo nunca...
Porque quisiera borrar mi nombre.
Mi trascendencia.
Mi conciencia.
Para poder bailar tu danza.
Un Nuevo con reminiscencias coloniales.

lunes, 18 de abril de 2005

Cartas

Pensaba que era de noche....
Si, tal vez sea de madrugada...
Tal vez las estrellas hallan salido y estén repiqueteando en las ventanas,
en mi ventana e incluso en la suya.
Mi ventana: el encuadre perfecto del destino incierto en esta noche,
del destino incrédulo, increible.
No quiero caminar por las calles de esta ciudad buscando ese refugio,
pateando soledades.
Pero la brisa es cálida, el vientecillo me acompaña, eriza mi piel
y vuela mis cabellos.
La noche vuelve a amigarse, a sentirse, aunque por momentos fria.
La frialdad es la compañia de la no-visión, del enceguecimiento cotidiano
que contradice al pasado, a la sangre que fluye como rios.
Puedo ver en mis ojos reflejados.
Aún veo, no rozo el instante de la muerte
serena y esperada.
Puedo ver la luz ambibalente rodeando mi percepción mas remota,
mi instante de embriaguez inesperado e incontrolado,
que lucha contra esta fuerza desesperante bloqueando esas puertas.
Aqui estoy...me encuentro escribiendo,
devolviendo tantas letras amigas que me acompañaron
muchas mañanas de ojos entrecerrados por el sueñito matutino...
Letras que encendieron una sonrisa dormida...
que despertaron la luz de la sorpresa y de la incipiente y puntillosa
...fe-licidad...
Si... no es fácil entender ni encontrarme,
ni encontrar una salida o un lugar entre la bruma
de las sombras renegridas del pasado.
Si... tal vez sea definitivo y algo se haya roto para siempre...
Nunca predestino siempre siento.
Pero ya siento que no siento.
O que el sentimiento se obnubila cuando empieza
a nacer oculto y escondido.
El sentimiento no avisa...
Seria mejor si avisara al menos; ahora apareceré: PREPARATE!.
Pero no, jamás se anticipa.
Y eso es interesante, eso mantiene vivo...
y tal vez te quite el aire... o tal vez te oxigene.
Pero es imparable e inevitable.
Tal vez un dia vuelva a sentirlo.
Mientras tanto golpeo muros y ya no intento derribarlos.
Construyo y reciclo mis propios muros aunque no uso
materiales indestructibles,
por si alguna vez llega alguien lo suficientemente fuerte
como para romperlos.
Adonde voy con todo esto? Jamás lo sabré o lo sabrá...