lunes, 18 de abril de 2005

Cartas

Pensaba que era de noche....
Si, tal vez sea de madrugada...
Tal vez las estrellas hallan salido y estén repiqueteando en las ventanas,
en mi ventana e incluso en la suya.
Mi ventana: el encuadre perfecto del destino incierto en esta noche,
del destino incrédulo, increible.
No quiero caminar por las calles de esta ciudad buscando ese refugio,
pateando soledades.
Pero la brisa es cálida, el vientecillo me acompaña, eriza mi piel
y vuela mis cabellos.
La noche vuelve a amigarse, a sentirse, aunque por momentos fria.
La frialdad es la compañia de la no-visión, del enceguecimiento cotidiano
que contradice al pasado, a la sangre que fluye como rios.
Puedo ver en mis ojos reflejados.
Aún veo, no rozo el instante de la muerte
serena y esperada.
Puedo ver la luz ambibalente rodeando mi percepción mas remota,
mi instante de embriaguez inesperado e incontrolado,
que lucha contra esta fuerza desesperante bloqueando esas puertas.
Aqui estoy...me encuentro escribiendo,
devolviendo tantas letras amigas que me acompañaron
muchas mañanas de ojos entrecerrados por el sueñito matutino...
Letras que encendieron una sonrisa dormida...
que despertaron la luz de la sorpresa y de la incipiente y puntillosa
...fe-licidad...
Si... no es fácil entender ni encontrarme,
ni encontrar una salida o un lugar entre la bruma
de las sombras renegridas del pasado.
Si... tal vez sea definitivo y algo se haya roto para siempre...
Nunca predestino siempre siento.
Pero ya siento que no siento.
O que el sentimiento se obnubila cuando empieza
a nacer oculto y escondido.
El sentimiento no avisa...
Seria mejor si avisara al menos; ahora apareceré: PREPARATE!.
Pero no, jamás se anticipa.
Y eso es interesante, eso mantiene vivo...
y tal vez te quite el aire... o tal vez te oxigene.
Pero es imparable e inevitable.
Tal vez un dia vuelva a sentirlo.
Mientras tanto golpeo muros y ya no intento derribarlos.
Construyo y reciclo mis propios muros aunque no uso
materiales indestructibles,
por si alguna vez llega alguien lo suficientemente fuerte
como para romperlos.
Adonde voy con todo esto? Jamás lo sabré o lo sabrá...

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